"Luciérnaga"
Sólo, sólo déjame tocar tus secretos
Sólo, sólo déjame tocar tus secretos
tu alma, marfil pulido.
No te la robaré, no soy capaz sólo,
sólo déjame sentir tu beso,
tus labios delgados.
A lo lejos murmuran mi nombre;
nombre de tierra del útero fértil
que alberga la vida.
Ébano labrado, tus ojos, tus pupilas,
universo eterno universo,
mi universo donde
me encierro huyendo de mis pesadillas.
Con tu cuerpo húmedo me cubres,
me llenas y me dejas flotando
dormida en tu pecho.
La noche nos cobija.
Las estrellas adornan mi cabello
que se desparrama en tu lecho.
Reina soy entre tus sábanas;
entre tu cuerpo,
entre tu soledad.
Quédate, ángel luminoso;,
hasta que me duerma;
hasta que me sumerja en tu liento,
en tu boca en tu ser maravilloso.
Yo soy luciérnaga;
estrella en la tierra,
perdida en la ciudad
que nace del cementerio
de esperanzas, de alegrías.
Yo soy luciérnaga
delicada, suave, pequeña
que se viste de transparente satín lustroso
para estremecerme entre tus brazos.
Miro, vista perdida,
callada voz,
busco entre la hierba,
cuerpo,
miel colmada de besos.
Aire de mañana que rozas mi piel,
su horizonte y su nacimiento.
Boca plagada de besos miel dulce,
corona de flores que coloco en mis pechos.
Quiero mostrarte mi mundo,
quiero que veas el amanecer por mis ojos,
sentir la vida dentro de mi piel
Vive.
Vive a mi lado tomado de mi cintura diluida
con tus manos tocando mi reino.
Vive, cielo, aire.
Vive conmigo
y cuando termine el día
y las luces de la cuidad se hayan apagado
ahí estaré soy tu luciérnaga ,
ahí estaré besándote hasta el amanecer.
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